The Cross

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. 

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos un poderoso Salvador
en la casa de David su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.
Es el Salvador que nos libra de nuestros enemigos,
y de la mano de todos los que nos odian,
Realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán:
para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
— Lucas 1:68-79, from BCP1979, trad. 2022

The Invitatory Bead

Alaben al Señor, porque es bueno;
porque para siempre es su misericordia.
Di ahora Israel
que para siempre es su misericordia.
Ábranme las puertas de la justicia;
entraré por ellas, alabaré al Señor.
Esta puerta del Señor,
por ella entrarán los justos.
Te alabaré porque me has oído,
y me fuiste por salud.
La piedra que desecharon los edificadores
ha venido a ser cabeza del ángulo.
De parte del Señor es esto:
es una maravilla en nuestros ojos.
— Salmo 118:1-2, 19-23†

Las Cuentas Cruciformes

¡Hosanna en las alturas!
Bendito el que viene en el nombre del Señor.
Bendito el reino que viene,
el de nuestro padre David:
¡Hosanna en las alturas!
— Marcos 11:9-10†

Las Semanas

No temas, hija de Sión:
He aquí tu Rey viene,
sentado sobre un burrito.
— Juan 12:15†

Después de la séptima cuenta:

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

El Despido

Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre.
Venga tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
y perdona nuestras ofensas
como nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
el poder, y la gloria,
ahora y por siempre. Amén. 

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. 

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